lunes, 26 de agosto de 2013


Cuenta una parábola bíblica que en una ocasión un rey quiso hacer cuentas con sus siervos y comenzando a hacer cuentas encontró que uno de ellos le debía diez mil talentos, como este no tenía como pagarle ordeno venderlo con esposa e hijos como esclavo para que de esa forma pagase la deuda,  aquel siervo le suplico a su señor que le tuviera paciencia; entonces el rey movido por misericordia lo soltó y le perdono la deuda. Pero saliendo aquel siervo se encontró a uno de sus consiervos que solo le debía cien denarios, agarrándolo ya casi lo ahogaba exigiéndole que debía pagarle, entonces el consiervo se le arrodillo y le suplicaba que le tuviera paciencia, pero este no quiso y lo mando a la cárcel. Enterándose el rey de lo que había hecho el siervo con el consiervo, lo mando a llamar y le dijo: siervo malo, toda aquella deuda que te perdone y tú no tuviste compasión de tú consiervo?, entonces el rey enojado lo entrego a los verdugos, hasta que pagase todo lo que debía.
Esta parábola es relatada con el fin de ilustrar el valor de la compasión, que es una virtud natural que tiene en cuenta la realidad de otras personas, su vida interior, sus emociones, así como las circunstancias internas y externas que lo condicionan; la compasión acepta el desafío de ayudar a los demás en los momentos de desconsuelo. Las semillas de la compasión hacen parte de  la naturaleza humana, ya que en el interior de la persona más deshumanizada, por ínfima que sea, habrá cierta benevolencia por aquellas personas que sufren, solo debemos dejar brotar de nuestra conciencia ese instinto innato de ponernos en los zapatos de aquella persona que pasa por circunstancias de adversidad, dolor e iniquidad.
El filosofo Jean Jacques Rouseau, en su opinión acerca de esta virtud dijo: “la compasión es un sentimiento natural que, al moderar el egoísmo virulento  del individuo, contribuye a la preservación de la especie. Esta compasión nos insta a acudir impulsivamente en auxilio de quienes están en desgracia”. Esta reflexión filosófica nos permite comprender como hasta las personas que dicen no creer en Dios, desarrollan la virtud de la compasión, no movidos por argumentos religiosos, sino por el razonamiento y la conciencia moral de un individuo de actúa por convicción de llegar a ser un ciudadano solidario, en una sociedad  que cada día requiere de personas que contribuyan con acciones a atenuar la desigualdad social en un sistema de producción capitalista, caracterizado por el alto valor que le da a los bienes materiales.
La compasión puede fortalecerse  o manifestarse en actos de bondad con todas las criaturas, grandes y pequeñas.

ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE:
1.       Examine su sistema de valores y busque dentro de sí  la virtud de la compasión. Si su respuesta es afirmativa mencione en qué actitudes o acciones ve reflejado este valor.
2.       Realice un paralelo de al menos 5 diferencias entre un individuo compasivo y  uno deshumanizado.
3.       Menciones 5  beneficios del  valor de la compasión en una sociedad capitalista.
4.       Explique qué relación tiene el valor de la compasión con la felicidad y el crecimiento personal.

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