lunes, 2 de septiembre de 2013

GRADO NOVENO ETICA


SEMANA 28

 PRUEBAS DE AVANCE TERCER PERIODO

a vida sociedad nos hace reflexionar sobre el valor del respeto, esto trae aparejado la necesidad de establecer algún tipo de certezas en torno a las ideas y la tolerancia. Es decir: ¿Qué hay que saber sobre el Respeto, la Pluralidad y la Tolerancia?
Respeto, Pluralismo y Tolerancia: Cuando hablamos de respeto hablamos de los demás. De esta manera, el respeto implica marcar los límites de las posibilidades de hacer o no hacer de cada uno y donde comienzan las posibilidades de acción los demás. Es la base de la convivencia en sociedad.
Las leyes y reglamentos establecen las reglas básicas de lo que debemos respetar. Sin embargo, el respeto no es sólo hacia las leyes o la conducta de las personas. Por el contrario, se relaciona con la autoridad, como sucede con los hijos y sus padres o los alumnos con sus maestros. El respeto también es una forma de reconocimiento, de aprecio y de valoración de las cualidades de los demás, ya sea por su conocimiento, experiencia o valor como personas.
A su vez, el respeto tiene que ver con las creencias religiosas: ya sea porque en nuestro hogar tuvimos una determinada formación, o porque a lo largo de la vida, hemos construido una convicción. En este sentido, todos tenemos una posición respecto de la religión y de la espiritualidad. Como la convicción religiosa es íntima, resulta una de las fuentes de problemas más comunes en la historia de la humanidad.
De esto deviene el concepto de Pluralidad, esto es, la convivencia de diferentes ideas y posturas respecto de algún tema, o de la vida misma. La pluralidad enriquece en la medida en que hay elementos para formar una cultura. La pluralidad cultural nos permite adoptar costumbres y tradiciones de otros pueblos, y hacerlos nuestros. Sin embargo, cuando la pluralidad se integra en el terreno de las convicciones políticas, sociales y religiosas las cosas se dificultan.
Las dificultades con respecto a estas cuestiones conlleva a la noción de Intolerancia, es decir, “el no tolerar”.Fácilmente, ante alguien que no piensa, no actúa, no vive o no cree como nosotros, podemos adoptar una actitud agresiva. Esta actitud, cuando es tomada en contra de nuestras ideas se percibe como un atropello a uno de nuestros valores fundamentales: la libertad. La intolerancia desarrolla un grado de opresión que torna imposible la convivencia humana. ¿Y nuestra propia tolerancia? ¿Debemos convencer a alguien que no es católico de que no está en la verdad? ¿No es acaso eso ser "intolerante"?
Para dar respuesta a estos interrogantes, y tocar el tema del respeto, la pluralidad y la tolerancia con más profundidad, hemos hecho una selección del mejor material sobre el tema desde los puntos de vista pedagógicos, éticos y religiosos. Los artículos que presentamos en este segmento de valores nos hace reflexionar en qué es el respeto, cómo se enseña y por qué es importante enseñarlo a los hijos, el por qué de la intolerancia y de particular interés es la sección "Iglesia y Valores", que nos habla de nuestra propia tolerancia respecto de otras religiones y creencias y de la importancia de la pluralidad y el respeto.

  
Según el texto responde las siguientes preguntas:
1 SEGÚN EL TEXTO LA VIDA SOCIAL EN QUE VALOR INFLUYE
a)      LA VIDA
b)      EL RESPETO
c)       EL AMOR
d)      EL COMPAÑERISMO

2 SEGÚN EL TEXTO LA PLURALIDAD ENRIQUESE QUE ELEMENTOS
A)     PARA CONSTRUIR UNA CULTURA
B)      PARA CONSTRUIR UNA SOCIEDAD
C)      PARA CONSTRUIR UN PROYECTO DE VIDA
D)      PARA FORTALECER LOS VALORES PERSONALES

Todo el mundo se pregunta por el sentido de la existencia. Posiblemente es la cuestión que conduce a más preguntas cada vez que pensamos tener una respuesta o idea sobre ella. Muchos dicen que esta interrogación carece lógica en cuanto que la vida carece de fin último. Sin embargo, para llegar a sostener con consistencia y rigor que la vida carece de significado o de sentido teleológico se requiere, previamente, haberse preguntado sobre el sentido de la vida. De este modo, convenimos que en el hombre se halla de modo innato la cuestión sobre la existencia. Entonces, cabe una cuestión: ¿por qué el hombre se pregunta sobre la existencia?, ¿puede ser que en el hombre se halle presente de algún modo el sentido trascendente como elemento característico de su esencia metafísica? Ciertamente estas cuestiones carecerían de sentido y de significado lógico si la vida en sí no tuviera sentido, pero si los hombres, por su naturaleza racional, se interrogan sobre el sentido de su vida, ¿es posible afirmar tajantemente que no hay sentido alguno sobre la existencia? ¿Por qué si no hay sentido el hombre se pregunta por el sentido? ¿Si el hombre no es obra de Dios por qué no actúa como el resto de los seres sin interrogarse sobre él mismo y sobre la realidad? ¿Qué es lo que nos mueve a preguntarnos? Ciertamente aquello que nos mueve no es ‘nada’ intrínseco a nosotros.
La negación de la existencia de un fin último jamás responde a ningún ejercicio de rigor científico o filosófico. Quienes se consideran ateos reaccionan frente a la consideración de un sentido teleológico de la vida construyendo un tabique entre ellos y dicha cuestión, aunque tal postura se revista de contenido científico o filosófico. La afirmación ‘no hay sentido’ es una continua suspensión frente a la duda real sobre el sentido, pues el hombre jamás puede dejar ni deja de cuestionarse sobre él y el mundo. Una de estas posturas ‘tabique’ es el pensamiento hedonista, para el cual no importa la cuestión sobre la existencia y la vida tras la muerte. Epicuro señala cuatro causas de infelicidad en el ser humano, a las que propone cuatro respectivos remedios tretrafármacos: el temor al destino – el remedio es el conocimiento de que todo fenómeno es explicable en función de los átomos y que hay que aceptar estas leyes de manera racional y serena –, el temor a los dioses – que se resuelve considerando que éstos también están compuestos de átomos negándose así cualquier providencia –, el temor a la muerte – tanto el cuerpo como el alma se hallan compuestos de átomos y la muerte destruye a ambos, por lo que no hay nada después de la vida –, y el temor al dolor – el remedio es el placer como fuente de felicidad, como el hombre es un ser racional el placer debe ser de carácter intelectual y debe estar iluminado por la prudencia (frónesis): aceptar el placer presente, rechazarlo si la inteligencia considera que causará dolor, rehuir el dolor presente y aceptar el dolor presente y conducirá a un placer futuro superior –.
Ciertamente los ateos no responden a la cuestión sobre la existencia, sino que su afirmación es una postura contra la búsqueda de sentido. El ateismo es una actitud que acepta el pensamiento epicúreo – y que se refleja muy bien en el filme enlazado –: cuando yo soy la muerte no está presente, cuando la muerte esté presente yo ya no seré. Por tanto no tiene sentido alguno preguntarse por la existencia después de la muerte. Ciertamente, esta actitud puede agradar a muchos o a pocos, pero sinceramente carece de valor lógico pues sólo es un ‘tabique’ – sólo es la búsqueda de un sentido dentro de la dificultad que entraña la cuestión del sentido – pues la cuestión sobre el sentido sigue en el aire.       


3) EN BASE AL TEXTO QUE ES LO QUE SE PREGUNTA LA SOCIEDAD
A) POR EL SENTIDO DE  LA EXISTENCIA
B) POR LA CREACIÓN
C) POR EL AMIR PROPIO
D) POR NUESTRO CREADOR Y PORQUE MOTIVO NOS CREO

4) LOS ATEOS A QUE NO RESPONDEN POR QUE NO CREEN
A) A LA CREACIÓN
B) A LA  EXISTENCIA
C)  A  EL AMOR
D) A DIOS

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